EL EDIFICIO (cuento sorpresivo)
el edificio
Era una tarde de tormenta
a eso de las 19:30 en la cuidad de la furia como es Buenos Aires. Saliendo del
trabajo en dirección a la casa de un amigo que me invito a cenar este amigo es
amigo desde que éramos chiquitos se llama Adrián. me tomo un remis hasta lo de
Adrián, pasando esa lluvia de película tapado por un manto de luz y neblina
cubriendo asi a mis buenos aires que antes estaba brillante y claro. Finalmente
llegamos a juramento y av. Libertador. Donde vive Adrián. Unos edificios como
pocos quedan en buenos aires mirando para arriba se borraba a la mitad por
tanta neblina que se encontraba, pero la entrada sin duda imponente. Con un
piso de cerámica blanca a los dos costados una pared totalmente blanca con dos
espejo enfrentados al verme en ese espejo por dos segundos no me sentí solo si
suena raro pero no me sentí solo y me quede pensando lo que sentí mientras
miraba un punto fijo de la entrada del edificio. A los segundos algo suena era
el portero un hombre con voz grave diciéndome soy el encargado quiere pasar le
estoy tocando la alarma para que abra la puerta me dijo Adrián ( mi amigo ) que
venias que te deje pasar. Con esta tormenta me sonaba raro porque no recordaba
la cara del encargado pero seguro el si ya que no dejaría pasar a cualquiera. Proseguí
a pasar aun asi, paso por un pasillo angosto y me encuentro con un solo
ascensor con una puerta reja y simplemente eso. Paso abrir la puerta entro y me
encuentro con las tres paredes de mi alrededor todo espejo y arriba lo mismo.
Cuando llego al piso 13 salgo del ascensor y me encuentro con un hombre con un
sobre todo y lentes de sol con un sombrero de copa guantes negros pantalón de
gala y zapatos de alto lujo lo miro me mira me toca del hombro su rostro se
convirtió en una enorme sonrisa de oreja a oreja y me dice bienvenido piso 13
te estábamos esperando al escuchar eso me voy para atrás y le pregunto.
Disculpe quien es usted, me miera y me dice ja no te acordas de mí. Soy el encargado
que te estaba esperando aca en nuestro edificio tu paraíso. Al escuchar esto
simplemente me doy vuelta y estaba ahí Adrián con otra sonrisa de punta a punta que le cubría todo el rostro y
diciéndome bienvenido te estábamos esperando bienvenido a tu edificio.
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